Las emociones no solo desestabilizan nuestra vida diaria, la ansiedad, el insomnio y el estrés, más allá de afectarnos físicamente, también se convierten en generadores de la pérdida del cabello.
El mal humor, ansiedad, insomnio e, incluso la depresión vienen por lo común con altas dosis de estrés. Sumando consecuencias físicas algunas serias e incómodas como la pérdida de cabello.
Nuestro cuero cabelludo cuenta con cerca de 100.000 y 150.000 cabellos, de los cuales el 85% se encuentra en fase de crecimiento, el 1-2% en fase de reposo y el restante 13-14% en la fase de caída. El cabello vive por un periodo de entre 2 y 6 años, lo que depende directamente de la edad, del estado de salud y de la alimentación de cada individuo.
La caída natural de pelo viene seguida por la regeneración de un nuevo cabello generada por el folículo piloso empezando la fase de crecimiento. El cuero cabelludo existen 350 folículos por cm2, unos 500 en la barba y unos 65 a 80 en axilas, pubis y extremidades. En la cabeza y barba, el crecimiento oscila entre los 10 a 15 cm por año. Por día, en promedio se pierden entre 70 y 100 cabellos, que normalmente se van reponiendo por otros nuevos.
Cuando la caída del cabello se presenta asociada al estrés y al comportamiento nervioso, se da de manera general y no localizada como ocurre con otros tipos de pérdida de pelo. Como consecuencia, disminuye el tamaño de la melena y una difusa pérdida de cabello. Por lo regular, cuando se recupera la estabilidad emocional se recupera el cabello con la vitalidad y fuerza de antes. Una mente sana y estable puede evitar la alopecia.
La caída de cabello por situaciones emocionales o estrés produce que las hormonas generadas en estos estados repercutan agresivamente sobre los folículos pilosos. Los folículos también se encuentran rodeados de una red de fibras nerviosas sobre la que ejercen acción algunas sustancias, como la sustancia P o neurotransmisor noradrenalina, que afecta la neurotrofina NGF (Factor de crecimiento nervioso) lo que regula el crecimiento de pelo.
Considerar tratamientos para resolver causas emocionales que puedan entre otros, afectar el cabello, ayuda revertir estas consecuencias visibles.