No hay ningún riesgo de que eso suceda ya que se trata de un autotrasplante. Es decir, en el trasplante capilar el donante y el receptor de cabello son la misma persona. De esa forma resulta exitoso, sin rechazo alguno.
El pelo trasplantado se obtiene de la parte posterior y/o lateral del cuero cabelludo del propio paciente. Etas partes son las zonas donantes y están genéticamente programadas para crecer durante toda la vida. De ahí que el rechazo no sea una posibilidad.
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El organismo del paciente admite el cabello implantado como suyo porque realmente lo es. Las zonas donantes están ubicadas en el área posterior de la cabeza y en los laterales de la misma. Estos son puntos genéticos en los que el pelo se encuentra capacitado para subsistir.
Y aunque este tratamiento incorpora por definición la palabra “trasplante”, no es exactamente como una intervención de donación de órganos. Al contrario que con este tipo de cirugía, el cabello injertado se toma del propio paciente y no de un donante anónimo.
Porque es un autotrasplante. Para que el organismo identifique un cuerpo extraño como propio, éste debe presentar exactamente el mismo código genético que el paciente. De lo contrario, se produce una reacción autoinmune en la que el cuerpo rechaza el órgano injertado.
En el trasplante capilar con la técnica FUE se requiere una gran experiencia y habilidad por parte del cirujano para colocar los folículos en el cuero cabelludo de la manera correcta, minimizando el riesgo de cicatrización y garantizando la supervivencia del mayor número de unidades foliculares posible.
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