La pérdida del cabello suele ser una experiencia desconcertante para muchos hombres y mujeres, quienes recurren a diversos métodos o recomendaciones para disimular esta situación, sin embargo, cuando se trata de técnicas realizadas por profesionales médicos, las personas afectadas pueden consultar varias según las condiciones de cada paciente, una de ellas, la PRGF (Plasma rico en factores de crecimiento).
¿Qué es la PRGF? Ante la calvicie, esta técnica hace parte de las soluciones profesionales, se trata de un procedimiento que inicia cuando se toma una muestra de sangre anti coagulada en un tubo. Los tubos se centrifugan aproximadamente de 5 a 10 minutos a 600- 1200 G. (la velocidad y el tiempo dependen del protocolo kit.) De acuerdo con su densidad, las células rojas bajan en el tubo. En la parte superior, tenemos el plasma y las plaquetas. Por lo general, hablamos de PRP cuando tenemos una concentración de tres a siete veces los niveles normales.
Después de disecar las unidades foliculares, se cultivan en un baño en PRP (plasma rico en plaquetas) antes de la implantación, de manera que los factores de crecimiento puedan unirse a las células madre en la región de las unidades foliculares disecadas, logrando beneficios como:
La PRP mejora la vascularización del folículo, promueve el crecimiento del cabello y aumenta su tamaño. La inyección de PRP en la zona receptora tiene ventajas para la zona no trasplantada, porque mejora el procedimiento por la disminución de cicatrización y promueve la conservación de la zona donante, aumentando así el rendimiento de los injertos y promoviendo la reconstitución del folículo del cabello, mostrando resultados que se ven naturales, acordes a las características físicas del paciente.
Como ocurre con cualquier procedimiento médico, para realizar la PRGF es necesario contar con la debida revisión de un profesional en este ámbito, que realice un seguimiento al historial médico de cada paciente, a fin de considerar impedimentos para realizar el procedimiento historia, como cervicofacial cáncer, enfermedades hematológicas, embarazo, la infección local activa, y el tratamiento anticoagulante, así como se debe prestar atención a la historia de alergias, ya que las plaquetas activas liberan histamina.