Aunque eso último podría ser posible, la recomendación es evitarlo. Existe una alta probabilidad de rechazo del cabello si procede de otro donante y eso suele ocasionar otras dificultades en la persona, su salud, los resultados, la estética de los mismos, entre otros. Lo habitual y mejor para cada caso, es que el origen del cabello en un trasplante de pelo sea de la misma persona a la que se le hará el procedimiento.
¿De dónde se obtiene el cabello que se usa en un trasplante de pelo?
Los folículos pilosos trasplantados en una intervención de injerto capilar son extraídos de una zona donante del propio paciente. Esta suele coincidir con el área de la nuca o su zona lateral. Ambas son zonas mucho más pobladas y los efectos de la extracción son menos visibles. Además, también se suma que el pelo en estas zonas presenta una programación genética distinta, por lo que volverá a crecer en la zona receptora siguiendo el ciclo natural del cabello.
Acá también debe decirse lo siguiente, que tampoco es recomendado de mi parte: en algunos casos de alopecia, cuando no es posible extraer el pelo de la cabeza, se puede conseguir de otras partes del cuerpo. Son prácticas realizadas por otros cirujanos.
¿Vuelve a crecer el cabello de la zona donante?
Esta área de la que se extraen los folículos genéticamente inmunes a la alopecia, ¿se queda sin pelo después de la intervención? No. El trasplante capilar no consiste en cambiar la calvicie de zona. Una misma unidad folicular puede contener entre 1 y 4 pelos (2,2 de media). Por tanto, lo que se hace no es extraer todos los folículos presentes en la zona donante, sino seleccionar los más idóneos (los que más pelos contengan), cuidando al mismo tiempo de no quitarlos todos del mismo punto, sino repartidos por toda la zona.